Antes de pasar por las armas a su hombre, ella le soltó: − Te quiero mucho. Y le transportó al más allá con dos cartuchazos del calibre doce; se puso su blusa color pistacho, retocó su rímel y colorete y se fue a tomar una copa al bar Teatriz. Monotonía, aborrecimiento, fastidio. El spleen, le cafard, l´ennui, el desgarramiento, la melancolía. Desgana y náusea. El tedio de la vida, vaya. El que escribe, escribirá. Quien lee, seguramente seguirá en ello. El noventa por ciento restante de humanoides se abstendrá. Se limitarán a actuar, a apresurarse. De aquí para allá. De allí para acá. El espectáculo debe continuar. También el aburrimiento, la monotonía, la saciedad. La chica que cortó la hebra de la vida a su marido por camino tan derecho, apenas si conseguía dormir tres horas por noche. Y para ello tomaba, todo junto, un lexatín de 5 mg, un transilium y un orfidal. Desde el día en que enviudó a las bravas, duerme dignamente nueve horitas, sin auxilio de la farmacopea modern
Cada amanecer es una nueva vida ya que siempre se vive algo distinta.
ResponderEliminarQue disfrutes de estas navidades y que el Año 2016 sea bueno para ti.
Un abrazo.
Año Nuevo
EliminarLa verdad empieza en el cuerpo. Cada día, una vida.
Pero ¡cuidado! Que la vida no es lo que se lee en los periódicos. Ni en internet. Las apariencias no engañan.
Deseo un buen año 2016 para todos vosotros.
Manuel María Torres Rojas.