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Mostrando entradas de abril, 2012

Malos tiempos

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(Christine, foto del autor) En Madrid hace calor y yo tengo astenia, primaveral supongo. Me ha entrado “la conformidad”, como dicen en Granada. ¡Siempre igual! Noto que las gentes normales no tienen nada de excepcional.  ¡Obstinada nada que me anega! Noto que la edad apresura mis gustos y disgustos. Me queda menos tiempo de tener paciencia, y las personas, la mayoría, no me procuran materia de esperanza. Me refugio en mi escritura, que busca exactitud y economía de letras. Pocas palabras para pocos lectores. Se precisan pacientes lectores que con sosiego lean. Con la calma que yo perdí, rota en pedacitos, el día en que ella me llamó desde la isla de La Reunión. En aquel entonces aquella mujer era conservadora jefe de un enorme parque natural en tan lejanas latitudes. Llamaba para invitarme a conocer su paraíso perdido y, de camino, para que asistiera a su boda, allí mismo, en las islas Mascareñas, con mi rival francés. Entre ruidos e interferencias gri

En Dubrovnik con mis colegas y otros bichos III

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Monsieur Pons, de Francia, continúa empecinado en su afán de hacer pelotillas con los mocarros. La gorda francesa, ex-rusa blanca, me mira fijamente. ¡Qué lástima que no sea la Casta o la Deneuve! Veo un tío nuevo y feo en el sitio de UK Tiene su cara pegada a una gran nariz. Mi homóloga austriaca lleva un Jaeger-le-Coultre reverso con correa de acero, ¡precioso! Para la historia: he sido recibido en la reunión con una ovación cerrada. Según me contaron luego, este encuentro en la sede croata de la Federación de Canaricultores Ovovivíparos y Franc-Masones de la UE, había transcurrido durante una hora y media sin luz, micros, ni traducción simultánea. Llego yo, directamente del aeropuerto, subo los seis pisos a pie, ya que parece ser que los ascensores también dependen de la energía eléctrica, entro en la sala… ¡et voilà!, ¡la luz se hace! Me he sentido como un pequeño dios creador. Al fin y a la postre, "los dioses no tuvieron más sustancia que la que tengo yo&q

Once reales palabras

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A mi entender y en lo que me concierne como ciudadano, el Rey, al pronunciar ayer sus once palabras de arrepentimiento ( “Lo siento mucho. Me he equivocado y no volverá a ocurrir” ), queda perdonado y comprometido a no volver a las andadas. Ahora aguardo que cunda su ejemplo y políticos, empresarios, eclesiásticos, periodistas, jueces y autoridades en general se excusen por sus malas acciones y conductas pasadas y prometan alto y claro que tienen sincero propósito de la enmienda. Y devuelvan la pasta. He dicho. (el autor en el curso de actos académico-universitarios) 

Griega es la noche III

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(foto tomada por el autor) Volver a Madrid, desde la capital del Ática, me llevó todo el día de ayer. Retraso en la salida, retraso en la escala en Barcelona. Si no quieres caldo, toma dos tazas. Llegué a casa con un cansancio infinito, que me he quitado tendiendo la raspa once horitas. ¿Acaso duerme usted como un bebé? Sí señora: me duermo, me despierto, lloro, hago pis…y así toda la noche. Madrid, este poblachón manchego en medio de una paramera, está asqueroso. De sequedad, de suciedad callejera y de malas maneras. Rebajas en El Corte Inglés. No se puede salir a la calle. En la noche, la temperatura apenas desciende. Fachadas y asfalto guardan celosamente el calor acumulado por el día. Así cuerpos y almas hierven, incluso de madrugada. Siempre he pensado que en julio se asesina poco… ¿Qué podría hacerse para mejorar esa estadística? Admito sugerencias. Sólo desde la holganza y el aburrimiento, desde el «no se qué hacer» repetido como un mantra, puede surgir el acto creador. “

Griega es la noche II

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Segunda parte Hilton Athens Escribo mientras ceno en el jardín del hotel Hilton Athens. El restaurante se llama “Milos estiatorio” y me lo ha recomendado mi amigo Demetrios, que es un tío cabal. En la mañana fui a su despacho en el edificio Alpha y me colmó de regalitos olímpicos y atenciones mil. Como quiera que la policía ateniense está de huelga, y el tráfico griego es de mírame y no me toques, me acerca al hotel un mecánico de la compañía a caballo de una moto BMW más grande que el de Troya. Me enlacé con tenacidad al jinete de acero porque, siendo ésta la tercera vez en mi vida que subo de paquete en una moto, no quería caer por tierra, como acaeció en las otras dos anteriores. Un servidor, en su inocente desconocimiento de las leyes de la física, pensaba que el cometido del paquete era volcarse hacia el lado contrario al que se inclinaba el piloto, por la cosa de compensar las fuerzas centrífuga y centrípeta. Resultado: cuerpos a tierra, rodillas y codos escoriados y

Griega es la noche

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                                                 Primera parte VUELO IB-3882 Vuelvo al lápiz y papel. Escribo en el vuelo IB‑3882 que me lleva a Atenas. Atracaré a las mil y monas, pues a la horita de retraso debo sumar otra más por el "local time" de Atenas. Manduco en la aeronave mi magra y sosa comida de dieta y me echo al coleto la botellita de aceite de oliva virgen extra Carbonell que me dona Iberia ¡Gracias! Son 20 mililitros de aceite y no quiero desperdiciarlos chorreteando el plato. Para que se lo beba el lavavajillas, me lo trinco yo hocico abajo. El periódico de a bordo me cuenta que en Venezia hay un “psicópata cultural” que da martillazos a obras de arte hasta donde su brazo alcanza. Parece ser que el muy cabronazo elige bien y sabe mucho de escrituras sagradas. “Ataque a martillazos contra Venecia” intitula así El País. Hombre, tampoco conviene exagerar, que dijo Sara Montiel. La policía cree que es un hombre alto, porque un señor bajito no podría golpea

Despedida y cierre

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(foto Nan Goldin) En la reciente madrugada escribí en un cuaderno este correo para ti: "Es contradictorio con el cercano pasado dejar que las últimas palabras entre nosotros se reduzcan a un cruce, por escrito, de pullas y afrentas ¡Parece mentira! Anteanoche ladrábamos a la luna, a manera de cachorros de teckel con las patas por alto. Ahora entro yo: prefiero decirte adiós, agradeciéndote el regalo fugaz de aquellos primeros días, ahora hace más de medio año. Y más aún, te quedo reconocido por tu generosa compañía y afecto de las últimas semanas. De lo sucedido en los meses de entre medias, prefiero no meterme en dibujos. Y nada más. Anda con Dios y encuentra tu camino. Te abrazo" Hace un rato, en el desayuno, abro el móvil y, apenado, veo tu correo de hoy, que prefiero no contestar y que duerme, sin ser leído enteramente por mí, en la papelera de reciclaje. Todos podemos contar de los demás “cosas terribles”: ¡qué expresión la tu