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Mostrando entradas de 2014

Antipático castellanismo necesario

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(foto tomada por mí en Donostia)   ¿Cómo dudar que los tiempos son otros  ─  ¡universalidad!  ─ sobre esta sequerosa piel de toro, ¡limitada por mares sensuales!, en cuyo centro ¡ay! han de tenernos clavados nuestros pies?   Pero, para algo están ciertas frentes. ¡Antipático, desagradable, odioso; asensual "castellanismo necesario" de las pseudoartes espa- ñolas de hoy! ¡Abajo el arte feo! ¡Viva el arte agradable! Juan Ramón Jiménez Madrid, octubre de 1920.

La más oriental de las mágicas noches

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(Ravenna, Basílica de S. Apolinario) Siempre conseguí que SSMM Los Reyes del Oriente me trajeran todo lo que pedía. A ello contribuía no sólo la moderación de mis encargos sino también el método por mí empleado. La moderación consistía en ir comprobando en el Bazar Horta, en Pabú o en Deportes Cóndor cuánto sumaba lo que yo quería tener y nunca pasar de la cifra que mi orden natural consideraba tope máximo a lograr cada Navidad. En este sentido, debo confesar y confieso que nunca me gustó la canción “Todos queremos más” que cantaba Alberto Castillo. Revela avaricia y afán de acumular riquezas. Prefiero no tener sobre qué Dios me llueva antes que ser pájaro gordo de muchas campanillas. Nunca quise ir a Galerías Preciados a entregar mi carta a los emisarios de los Reyes. Bien muchachito, ya sabía yo diferenciar entre lo que son promociones comerciales de los mercaderes y tenderos y la magnanimidad y longanimidad de los auténticos reyes de Oriente, que hacen magia y pre

En Venecia, cruel confidencia de mujer

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(fotos tomadas por mí en Venezia) Durante la cena, a medida en que la noche se cerraba, la dolorosa confidencia   de aquella mujer con roja mata de pelo rojo se iba transformando en cruel   descripción, con pelos y señales, de su infidelidad para conmigo.  Y conste que, de   ellas, mutables cual plumas al viento, mi razón no aguardaba sino   unas migajas de calor. Apenas. A pesar de mi convicción intelectual, jamás me había sido dado imaginar que la hiel de su   confesión fuera tan amarga y tan honda la daga que me rasgó en dos.   En aquella cena en el Harr'ys Bar de Firenze, o quizás en la postrera en   la trattoria Da Ernesto en Venezia, la diosa de la roja mata de pelo rojo,   en el fragor del champagne Taittinger, me invitó a contemplar en   su teléfono de bolsillo una foto de su amante ultramarino. Airado, rehusé su ponzoña y salí a la puta calle a   llorar un cigarrillo. En el camino de vuelta al hotel, ambos en marmóreo y civilizado silencio, se me

Toda ficción es autobiográfica

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(el chaval que figura en el centro soy yo.  La foto está tomada en el primer día de mi entrada en el colegio) “Toda ficción es autobiográfica. No hay nada más autobiográfico que la ficción, ni nada más ficticio que la autobiografía. Más que un dramaturgo, me considero un poeta. Y un poeta siempre habla de sí mismo, de su aventura espiritual y del lugar en que se encuentra frente al mundo. Ahí es donde se halla lo más íntimo. Hablar de mi vida sexual habría resultado mucho menos privado e indecente.” “Pese a su fervor religioso, el dramaturgo no tiene problemas en marcar sus distancias con la Iglesia. Dice vivir con dolor el repunte ultracatólico al que asiste Francia desde 2012, cuando millones de manifestantes salieron a la calle contra el matrimonio homosexual que pretendía aprobar François Hollande. Py se dice repugnado ante esa supuesta minoría silenciosa, convertida en vigoroso contrapoder a la acción gubernamental. “Me siento triplemente horrorizado: como francés,

Ocnos

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(el autor cuando niño en el Buen Retiro) Encuentro en Cernuda algunos de mis propios sentimientos, si bien expresados distintamente a como lo hago yo. Quizá sea una manera inconsciente de no desvelar la timidez que nos sigue queriendo niños. Cuando muchacho, la soledad te separa de  todo,  pero no te apena...pues crees en la eternidad de la infancia. Estar despierto mucho antes del amanecer nos hace lúcidos y singulares. Ajenos a nosotros mismos. Intentaré dormir un rato. Un beso, amor.  

Pienso, siento….

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Mi querida amiga Ángeles Zurita me ha sorprendido y conmovido con estos versos de su autoría, que me honro hoy en ofrecer a mis lectoras en este modesto blog. Grato ánimo para Ángeles. (estas fotos y otras muchas que tomo con dedicación y esmero  se pueden visitar en mi galería de Instagram http://instagram.com/manuelmariatorres ) Pienso, siento…. Me desarmas me desnudas de luchas e inundas mi alma con besos de tus auroras… Y, pienso, sólo pienso arropado en tu entorno, curtido, de sol, con mimo, como cobrizas son las cálidas casas. Y, a merced de la brisa, mi ropa tendida se solaza… ¡la que a mí me abriga con olor a marisma! El vino en tinajas, las sufridas pencas a la solana y…¡tan bellas! Por caminos pedregosos, la reflexión acompaña. Y...hombre sensible me siento... viendo cómo trepan las tapias las frondosas buganvillas. Mi sosiego, mi isla... Ángeles Zurita 13/10/2014

El amor no tiene quicio

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(Ausschweifung Berlin Night Club  George Grosz) Contra el amor y su vicio, no hay resquicio ni modo acomodaticio: el verdadero amor no repara en sacrificio en su busca del fornicio. Aunque seas un gran patricio o te vistas de fenicio: el vicio cardenalicio se te cuela, subrepticio, y su lascivia te arrima al precipicio de su hermosura y desquicio: el verdadero amor no tiene juicio.

EL HOMBRE QUE ESPERA UNA PERDIDA

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(fotos tomadas por el autor) Las mujeres de la edad moderna están apagadas, o fuera de servicio. O, lo que es peor, carecen de identidad, pues sus números de los portátiles “no pertenecen a ningún abonado”.   Si llamo, con mi móvil, a una mujer de la era moderna, normalmente se agota la batería de su portátil a poco de empezar a hablar. Contrasta la energía de la mujer de hoy con las escasas prestaciones de sus pilas recargables. Las chicas me dicen: ─  Estoy en el parque. Te llamo luego, cuando llegue a casa. Deben dormirse en el parque porque el móvil no suena luego. ¿Cuándo es luego para una mujer? Espero en el restaurante. Una hora. Pasa, por tanto, una hora de la acostumbrada por mí para la cena. Tengo hambre.   ─  Ahora no puedo hablar. Voy conduciendo, no tengo manos libres ni apenas cobertura y la batería se está muriendo, me dice la rapaza que está citada y no comparece. Pido un vino y apunto en mi cuadernito moleskine. Sumo: en los últimos tiempos, desd

Al viejo estilo

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( Autor y hermana, del álbum familiar ) ( Capítulo primero ) Por disposición paterna mi familia veraneaba un año en Granada y otro en la dehesa de Campoamor, provincia de Alicante. Veranear significaba pasar fuera de Madrid los tres meses del estío, más una propina hasta bien entrado octubre, hora de enjaularse en el colegio. La dehesa era propiedad de unos amigos de mis padres, sin hijos. Dos mil quinientas hectáreas de pino carrasco, lentiscos, algarrobos y almendros, con costa propia, en medio de aquella España pobre y autárquica. Aún no se olfateaba la llegada del turismo ni los villanos atentados contra la ecología y el buen gusto que traería de su mano el estirón económico de manos puercas. ¡Torres de hormigón a orillas del mar! ¡Habráse visto! Fuimos, sin saberlo, la última generación que pasó sus vacaciones al viejo estilo. Nadie nos obligaba a estudiar idiomas o cosas útiles para el futuro. El tiempo, infinito, era todo para nosotros. Aprendimos a no ha

El estío y la chica de azul.

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Tomé la foto en plena canícula madrileña.

Trono vacío

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( foto tomada por mí ) Un deseo realizado , un simple hecho, no tienen en realidad más verdad ni más valor que un sueño. Lo ideal es ser libre, no estar condicionado por nada ni por nadie.

Desdoblamiento de personalidad.

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Foto/ retrato del autor Recupero mi paz interior, largamente cuestionada por mi íntimo desdoblamiento.  Habiendo dos Papas, dos Reyes, dos Reinas y dos Capitanes Generales de todos los Ejércitos ¿por qué no ha de haber un Manuel y un María y un Torres y un Rojas?

Mujeres

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Conozco a diosas que viven con hombres que tan solo sirven para ir al trabajo y al retrete .

La bella vida de Eva

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    Y EVA ENCENDIÓ LA PASIÓN Uno de sus amantes se llamaba Sándor y el otro se llamaba como yo, porque era yo. El nombre de Sándor no se debía a que sus padres fueran imaginativos para la cosa de la nomenclatura, sino sencillamente a que eran húngaros. Sándor y yo fuimos amantes de Eva allá por los años 90, no sé si simultánea o sucesivamente. Tuve con ella una relación estrecha y breve. Estrecha porque su cama era  small size,  y breve porque el incendio de nuestros corazones y cuerpos se extinguió en un invierno. Conocí a Eva en casa de unas amigas de vida alegre, y el rayo que no cesa prendió en ambos la brasa de una pasión. Pero, como la memoria es traidora, también pudo suceder que me fuera presentada en una recepción que ofreció el Ayuntamiento de Madrid a un grupo de espeleólogos australianos y sin fronteras. Cuando se acabó lo que me daba no volví a verla. Andaba yo por entonces en otras  liaisons dangereuses  y ya se sabe que la mancha de una mora

Un energúmeno anda suelto

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(foto del autor) Ayer, después de un grato paseo vespertino, entré a tomar una copa de vino en El Gourmet de un gran almacén. Me atendieron con la cortesía de siempre. Cuando me disponía a paladear un excelente Rioja de la casa Roda, con el teléfono inteligente encima del mostrador al lado de una tapita de jamón ibérico, me llama un productor de quesos de cabra de la Sierra del Guadarrama, que estaba ofreciendo una degustación de sus productos en un pequeño stand situado a escasos dos metros del lugar y banqueta que ocupaba yo en la barra del llamado Gourmet. Me acerqué a probar un nuevo queso de cabra, de elevada acidez, y, al regreso a mi puesto en el mostrador, héteme aquí que me encuentro a un señor sentado en mi banqueta y con las narices demasiado próximas a mi copa de Roda y a mi platito de jamón. Mi móvil estaba incólume, pero el psicópata mochales hablaba a grandes voces con el suyo, precisamente en mi puesto. Me acerqué para indicarle que estaba ocupando mi l

¿Se puede saber qué quieres ahora?

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(foto tomada por mí) Primera secuencia Suena el móvil de la chica: ─¡Dime! ¿qué quieres ahora? ¿dices que quieres besarme? ...deja, deja... ¡te portaste fatal! Segunda secuencia El hombre farfulla: ─¡Espera, espera, no cuelgues! que la cosa no es lo que parece...  ¡mierda! ¡Cretino! -piensa la chica mientras apaga el móvil- ¡qué buena excusa me has dado para mandarte a esparragar! En realidad lo estaba deseando y no sabía cómo hacerlo, musita la moza. (foto tomada por mí) Tercera secuencia El muchacho escribe un mensaje a la chica, vía WhatsApp: ─ Mujer, no te pongas así. No des importancia a cosas que no la tienen ¡Tenemos que hablar! Pasaron tres horas antes de que en la pantalla de su Galaxy saltara el doble click. Esas pocas horas bastaron para que ella se cerciorara de la fragilidad de su decisión. Escribió su respuesta: ─ Tú no sabes lo que es amar. Eres hombre de pasiones, no de amor. (foto Daido Moriyama -Eros-Or-So

¡De ésta, te acuerdas!

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(Foto Saul Leiter) “De ésta, te acuerdas”, me dice ella cerrando de golpe la puerta del taxi. Bajo la lluvia de otoño, sopeso su reacción. Ha dicho “de ésta”, en femenino; o sea, que está convencida de que le he hecho una faena o injuria u ofensa o vejación o afrenta.  En cambio, si hubiera dicho “de esto, te acuerdas”, es que se sentiría agraviada o ultrajada o despreciada o desairada. Miro el reloj.  Ya son diez los minutos que han pasado desde el portazo  ¿Qué  hacer cuando ni tan siquiera sé qué diablos acabo de hacer mal? Maldigo mi falta de reflejos y mi torpeza.También abomino de las mujeres que van y vienen tres veces, mientras yo no me entero de la misa la mitad. Corro hacía el aparcamiento, saco el coche a trompicones y, en pos de ella, desafío al tráfico. La carrera alocada que emprendo por media ciudad, me deposita en su portal a tiempo justo de salpicarle de la cabeza a los pies con un aguachirri de color sospechoso ¡Eso le puede pasar a cualqui