Antes de pasar por las armas
Antes de pasar por las armas a su hombre, ella le soltó: − Te quiero mucho. Y le transportó al más allá con dos cartuchazos del calibre doce; se puso su blusa color pistacho, retocó su rímel y colorete y se fue a tomar una copa al bar Teatriz. Monotonía, aborrecimiento, fastidio. El spleen, le cafard, l´ennui, el desgarramiento, la melancolía. Desgana y náusea. El tedio de la vida, vaya. El que escribe, escribirá. Quien lee, seguramente seguirá en ello. El noventa por ciento restante de humanoides se abstendrá. Se limitarán a actuar, a apresurarse. De aquí para allá. De allí para acá. El espectáculo debe continuar. También el aburrimiento, la monotonía, la saciedad. La chica que cortó la hebra de la vida a su marido por camino tan derecho, apenas si conseguía dormir tres horas por noche. Y para ello tomaba, todo junto, un lexatín de 5 mg, un transilium y un orfidal. Desde el día en que enviudó a las bravas, duerme dignamente nueve horitas, sin auxilio de la farmacopea modern
Esto es para hacerle hablar (en este caso escribir) a los tontos y que te preguntemos por la foto ¿no?.
ResponderEliminarBesos
¡Apareció la foto! El sistema blogger y yo somos así. Un beso.
EliminarY cada uno que imagine la foto que le dé la gana... :P
ResponderEliminarUn beso invisible como tu foto ( o dos).
¡Apareció la foto! El sistema blogger es así. Un beso visible y mi gratitud.
EliminarAhora sí...
EliminarOtro beso.
O más.
La guapa chica se negaba a salir... ¿le pedías derechos de autor? jajaja, cámara avizor, no se te escapa una.
ResponderEliminarSaludos.
Belleza femenina y perruna... en el asfalto, calor...
ResponderEliminarBesos y feliz fin de semana.
Pongamos que hay un hombre maduro mirando a una joven con buenos ojos.
ResponderEliminarUn abrazo