En la Casa del Libro he manoseado un nuevo libro de David Lodge. La tesis del profesor es que, en la novela contemporánea, se va perdiendo la ficción literaria para ir más a la confesión, la narración de una vida, la visión singular. Aparece sólo la conciencia del autor y no tanto las conciencias de muchos personajes, como en las clásicas novelas del siglo XIX. Estoy de acuerdo. ¿Por qué es así? El lo atribuye a que hemos perdido nuestras certezas metafísicas y por eso presentamos nuestro punto de vista singular, que nadie puede impugnar. Por mi parte, pienso que es mucho más difícil escribir “Guerra y Paz” o “Madame Bovary” que las novelas unipersonales de hoy. Y que las que son corales, contienen personajes de cartón piedra, dicho sea en términos generales. De todas formas, en esta etapa de mi vida, no quiero artificios literarios. Sólo memorias, autobiografías, diarios o dietarios. Correspondencia, incluso. Y, ahora y siempre, poesía.
La lectura en soledad es uno de los mayores placeres que existen...
ResponderEliminarUn beso lector.
Muchísimas gracias, mi querida amiga Eva. Naturaleza, amor y libros.
EliminarBesos con tinta de pluma estilográfica.
"estar en todas partes", alejado de los demás y en posición horizontal. Qué más se puede pedir.
ResponderEliminarSaludos
Francesc Cornadó
Naturaleza, amor y libros en posición horizontal.
EliminarAbrazos,
Manuel.
Vuelvo a ser yo, entre silencios, la que lee libros y escribe en soledad.
ResponderEliminarAmigo, besos, versos y flores corazón.
Nos creíamos ya perdidos. Pero no...
EliminarBesos y abrazos.