CONCIENCIA DE AUTOR
En la Casa del Libro he manoseado un nuevo libro de David Lodge. La tesis del profesor es que, en la novela contemporánea, se va perdiendo la ficción literaria para ir más a la confesión, la narración de una vida, la visión singular. Aparece sólo la conciencia del autor y no tanto las conciencias de muchos personajes, como en las clásicas novelas del siglo XIX. Estoy de acuerdo. ¿Por qué es así? El lo atribuye a que hemos perdido nuestras certezas metafísicas y por eso presentamos nuestro punto de vista singular, que nadie puede impugnar. Por mi parte, pienso que es mucho más difícil escribir “Guerra y Paz” o “Madame Bovary” que las novelas unipersonales de hoy. Y que las que son corales, contienen personajes de cartón piedra, dicho sea en términos generales. De todas formas, en esta etapa de mi vida, no quiero artificios literarios. Sólo memorias, autobiografías, diarios o dietarios. Correspondencia, incluso. Y, ahora y siempre, poesía.
Así es. La bondad es bonita. La maldad es fea.
ResponderEliminarSeguramente en el cerebro bondad y belleza se sitúan en la misma parcela o área cortical. Y otro tanto debe ocurrir con la maldad y la fealdad.
Es lo que pasa con las sinestesias. Sensaciones o vivencias que, aun siendo distintas, agrupamos entre sí porque se localizan en la misma parcela o área del cerebro humano.
No soy neuro-científico, pero su comentario me parece muy acertado ¡Viva el arte bello y armonioso!
ResponderEliminarHola amigo Manuel, me gusta tu ética y tu estética
ResponderEliminarMagnifica frase maestro.
Mis aplausos.
Un abrazo.
MA.
El blog de MA.
No hay ética sin estética. Y viceversa. Abrazos.
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