Granada: Casería de Los Cipreses. Recuerdos en azul y blanco (segunda parte)


Segunda parte








Dos pájaros negros sobre un árbol calcinado del cortijo.


La línea recta del horizonte señala el paso de la autovía junto a los bancales del cortijo.




Ventana azul y blanca junto a imagen de la virgen en la casa de los guardeses.
La devoción mariana era muy celebrada en Los Cipreses.






La vieja casería fue adaptada para vivienda de los capataces del señorío.

14 de Enero de 2013

Oratorio (como afirman algunas fuentes) no hubo nunca. Lagar, tampoco, que no había viñas.

Corrales, establos, graneros, secadero de tabaco, garaje, lavaderos, vivienda para los guardeses, abrevaderos... fosas sépticas, depósitos para agua doméstica, estanque para cocer el lino, otro más para el estiércol... Sí.




Corrales antiguos y secadero de tabaco frente a la entrada del torreón de la casa de labor.



15 de Enero de 2013

El lino se segaba a mano, con hoces. Las gavillas se sumergían en el agua del estanque, previamente llenado con agua de la acequia. Aplastábamos el lino para que no flotara en el agua, con piedras planas y pesadas. El problema venía al cabo de unos días, cuando la fibra empezaba a pudrirse y olía a huevos podridos.




Estanque en el ángulo del torreón del señorío, próximo a la entrada principal.




Estanque visto desde el torreón. En su interior, resto de una puerta de la vivienda.
A derecha e izquierda del estanque, elementos circulares de hormigón.
En la parte superior de la foto, trazo de una de las acequias de la finca.






Mis abuelos maternos en Los Cipreses

Ni biblioteca, ni oratorio (como se indica en algunas fuentes), ni columnas dóricas ni Cristo que lo fundó. Un sólo, enorme eso sí, cuarto de baño en la planta de arriba y, más tarde, el que mi padre mandó construir en la de abajo.




Cuarto de baño (de Popea) en la segunda planta con balcón orientado a la Vega de Maracena. Sobre la línea de azulejos, huella de la cisterna de uno de los sanitarios.




El cuarto de baño tenía dos puertas de acceso: una general y otra comunicada a un dormitorio. La instalación eléctrica primitiva corría por encima de las paredes.



Detalle de uno de los primeros interruptores de la luz (cerámica sobre madera). Azulejos blancos biselados colocados a soga. Cenefa superpuesta con remate pecho de paloma.




Cenefa del zócalo alto del cuarto de baño.




Grifo del cuarto de baño del segundo piso encontrado entre los escombros.

Con el tiempo, mi padre fue comprando muebles de época en anticuarios de Granada que terminaron arrumbados en el convento de una orden religiosa femenina. Allá mismo terminó su vida mi querida Guillermina.

No conocí la Casería de la Concepción. Me dicen que está cerca de Los Cipreses; me extraña no haber dado nunca con ella en mis paseos constantes, a pie, en bici y en tranvía, pero...





Dos aspectos de la Casería de la Concepción (Pulianas, Granada) construida en el año 1858.

Su paralelismo arquitectónico con la viaja casería de Los Cipreses (casa de los guardeses) es evidente.

Es posible que la casona de "los señores" se construyera pegada a edificaciones preexistentes: casa de los guardeses, graneros, secadero, lavaderos, corrales, gallineros y establos; efectivamente, parecían más viejos y de peor fabricación.





Antigua casería junto al nuevo cortijo.





Reconstrucción de lo que pudo ser la fachada principal de la antigua casería.


Entrada al patio de los naranjos desde la antigua casería.

El estilo nada tiene que ver con el del nuevo cortijo y sí con otras fincas eclesiásticas del siglo XVIII.

Uno de los primeros propietarios documentados del predio fue el Hospital de San Juan de Dios.



2 de Febrero de 2013

Mi padre mandó construir un tercer cuarto de baño para uso exclusivo de mis hermanas. Lo situó en sus habitaciones, debajo del torreón noble, zona que llamé "gineceo". Los azulejos eran negros.




Dormitorios ocupados por las hermanas de Manuel María Torres Rojas (Gineceo). Puerta de armario empotrado de láminas acristaladas con escenas de la vida de la Virgen.




Ventana orientada hacia la Vega de Maracena y puerta del cuarto de baño. Jaula de gallinas y excrementos de animales en el suelo. Sirvió de corral durante el tiempo que estuvo custodiado por el Ayuntamiento de Granada. 



Cuarto de baño anexo a los dormitorios femeninos con azulejos negros.



Vaso adosado para los cepillos de dientes. Interruptores y enchufes de mediados del siglo XX.

Los Cipreses no tuvieron nunca ningún sistema de calefacción, ni estufas, radiadores o simples braseros de cisco. Insisto: era inhabitable e inhabitado en invierno, que Frasquito llamaba "livierno".




Comedor en la primera planta. La chimenea es la única en toda la vivienda. Techo con falsas vigas de madera con revestimiento de escayola.

El caserón carecía de alcantarillado. Para cada baño hubo de fabricarse una fosa séptica, tarea que seguí con pasión.

Las caserías que me resultaban familiares se llamaban: Los Arcos, Los Doscientos, Los Estados Unidos, la de Melchorito y La Sartenilla. La Casería de la Concepción no se divisa desde Los Cipreses. El camino de Pulianas y Pulianillas yo no lo frecuentaba.

Mi padre prefería veranear en la Dehesa de Campoamor.

http://cuentosencarneviva.blogspot.com.es/2008/02/campoamor-aos-50.html




3 de Febrero de 2013

Delante de la fachada principal había una plazoleta con dos enormes nogales y tres tinajas grandes, enterradas en el suelo para decantar agua de las acequias; se tapaban con unas losas redondas con argollas para tirar de ellas. Pasados los nogales se entraba en el jardín, con preciosos setos de boj para separar los parterres. Para entrar o salir del jardín se pasaba bajo dos arcos formados por cipreses "domesticados".




Aterrazamiento para jardines frente a la que fuera entrada principal. En una hilera frontal de cipreses se abría un camino hasta la plazoleta de las tinajas.

Puede verse los huecos dejados por los cipreses después del último incendio (Octubre, 2013)



5 de Febrero de 2013

Las hazas lindantes con la carretera de Jaén fueron expropiadas para ampliar esa vía. El justiprecio fue ínfimo, máxime si se tiene en cuenta que eran las mejores tierras de labor, y que la casa quedó devaluada al resultar mucho más pegada al tráfico y sus molestias. Ignoro si hubo más expropiaciones en otras áreas de Los Cipreses, en la parte de la finca cercana al Cerrillo de Maracena. La Casería fue antaño una maravillosa y recoleta finca de placer y labranza. ¿Qué queda de ello?

La casa tenía dos enormes salones, uno en cada planta. Por la puerta principal se accedía al zaguán, revestido de azulejos. Percheros, paragüeros, bancos renacimiento y dos arcos a cada lado del acceso al salón. Enfrente, la puerta de cristales plomados que daba al patio de los naranjos. En él, una gran morera con herrajes para que la copa diera mucha sombra. Paredes cubiertas de hiedras con troncos como puños. Al fondo dos enormes tilos.

A la izquierda del zaguán, el cuarto de estar. Mesa grande faldera para desayunar. Butacas y divanes. Aparato de radio.




Salón de la planta baja. Zaguán (derecha) y puerta al patio de los naranjos (izquierda).
Al fondo, escalera presidida por vidriera de cristal veneciano en azul y blanco.




Falsa viga de madera sostenida por zapata revestida de escayola policromada.




Salón de la planta baja desde el arranque de la escalera.
Detalle de los balaustres de madera torneada. Al fondo, el comedor.



Dos perspectivas de la escalera y su barandilla de madera. Contrahuella con azulejos blanquiazules ajedrezados y huella de mármol blanco.




Salón del segundo piso visto desde la escalera. A la derecha balcón con vistas al patio de los naranjos.

Frente al balcón, puerta del dormitorio principal.




Salón del segundo piso. Vidriera y balaustrada sobre la escalera.
Puerta del dormitorio arrancada sobre restos de solería destruida.



La siguiente puerta, de dos hojas, era la entrada al comedor, que era muy grande con balcón y ventanas a dos fachadas. Vigas de madera vista, mesa maciza para dieciséis o dieciocho comensales y óleos de época: “Essaú y el plato de lentejas”, una “Última Cena” escuela sevillana, y una chimenea revestida de azulejos que no me gustaba nada y que no se encendió nunca.




Comedor de la planta baja con falsas vigas de madera vista en el techo. Chimenea, remodelada, con poco gusto, en los últimos tiempos del cortijo.




Solería del comedor. Torres, leones, castillos... y las siglas de los Reyes Católicos (F - Y)

El piso del comedor y los azulejos de los zócalos altos de la casa eran de Fajalauza, exactamente iguales a los de mi hotel favorito: El Nacional de La Habana. La historiadora que me guió en Cuba me confirmó que la azulejería de hotel se encargó a Fajalauza por aquellos años. Era el hotel favorito de los gánsters de Estados Unidos.




6 de Febrero de 2013

La escalera que une ambas plantas tenía los peldaños de mármol blanco y unos buenos pasamanos de madera noble. Las contrahuellas eran muy bellas, fabricadas con azulejitos blanquiazules. Por ahí debe haber una foto mía, hecho un primor.




Escalera.

Detalle de los azulejos de la contrahuella. Baranda de madera.

Un gran vitral plomado con cristales venecianos que permitían adivinar la hilera de avellanos que bordeada la acequia que separaba las hazas de sembradura, hazas que se llevó el viento expropiatorio.




Vitral plomado con cristales venecianos.

En el salón de arriba mis padres se prepararon sus aposentos, muy "modern art", divididos por una gran puerta corredera con cristales ¡venecianos! En todos los dormitorios contábamos con aguamaniles, jofainas y útiles para refrescarnos.




Puerta corredera dividiendo en dos estancias el dormitorio principal.

A "mon père" le dio por empotrar armarios en nuestros dormitorios, que no en el suyo, bien provisto de muebles de maderas de raíz de olivo y lunas de tres cuerpos.




Armario empotrado en uno de los dormitorios del segundo piso.

Donde hablo de aguamaniles y jofainas se puede añadir. En el mío firmé el famoso pacto de caballeros con el ratón que se comía mi jabón, según relato en este cuentecillo.


De la planta de arriba, lo más destacable era el gran cuarto de baño inglés, con su balcón orientado hacia Maracena, su grifería y apliques importados de las Inglaterras, y su tamaño, suficiente para albergar a Popea. También era agradable el gineceo de las hermanas, con balcones y ventanales a dos fachadas, y una salita de estar muy coquetona. En un extremo del salón se instaló una mesa de pin-pon, con tresillo para ver los partidos. Pegadito al baño, con su balcón dando a la morera, un ropero tamaño natural.

En el salón de abajo habían tres ambientes distintos, sin separaciones físicas. aunque sí morales. "Fumoir" para hombres, zona de costura, bolillos incluidos, para mujeres y área mixta para juegos de salón y de cartas. Palé, canasta, "robi" (no sé cómo se escribe) "whist" (o algo así)...(¿quién lo va a comprobar?)

En la casona había algunas piezas apreciables de pintura granadina. Morcillo, Suárez, López-Mezquita, Cuesta y otros. También había lienzos de Ramón Carazo y de Madrazo. Sin faltar uno de Miguelito (sic, padre dixit), de Rodríguez Acosta.

7 de Septiembre de 2013

Estimada Milagros:

Una amiga granadina me manda un reportaje fotográfico sobre le muerte anunciada de Los Cipreses. Correspondo a tu amabilidad de hace unos meses, reenviándote los testimonios del hundimiento final.

Recibe un saludo muy cordial de tu amigo.




Granadas carbonizadas en el incendio de octubre de 2013.

22 de Septiembre de 2013

De Los Cipreses no entiendo nada. Si se piensa restaurar ¿por qué han permitido el pillaje en los últimos meses?

El uso que se de a la casa rehabilitada resultará un fiasco. Una vez inaugurada, se acabará la dotación para personal y gastos corrientes y... otra vez al abandono, pillaje y saqueo.

23 de Septiembre de 2013

La Casería, con las expropiaciones, murió como finca de labor. Lo que queda está rodeado de carreteras y de construcciones de dudosa calidad.

Es posible que el edificio rehabilitado termine convertido en lugar para "bodas, bautizos y banquetes". Será lo que esté escrito en las estrellas.

En fin, entre las ramas secas de lo que fue un jardín de otoño...



Granada y azulejo de Los Cipreses.

Comentarios

  1. Lo que fue y lo que es, me imagino la tristeza que te habrá causado hacer toda la recapitulación de un pasado. Pero has podido encontrar una vida de tu infancia en los escombros.
    Saludos.

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  2. Nos abres las puertas no para hablar de la propiedad sino para buscar el alma de un lugar que conmueve tu ánimo. Esa casa no merece tener más dueño que quien tanto la ama.
    Buenas noches.

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  3. Desearía que todo fuera un mal sueño mi apreciado amigo y que Los Cipreses, lo que queda de ello se salvaran de la demolición, ruina y rapiña a la que esta sometido sin piedad,cada día y conservaran este bello patrimonio el Ayuntamiento de Granada, para bien de la humanidad, antes de que sea tarde.
    Los milagros existen...

    Abrazos fraternos de MA.

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