Antes de pasar por las armas
Antes de pasar por las armas a su hombre, ella le soltó: − Te quiero mucho. Y le transportó al más allá con dos cartuchazos del calibre doce; se puso su blusa color pistacho, retocó su rímel y colorete y se fue a tomar una copa al bar Teatriz. Monotonía, aborrecimiento, fastidio. El spleen, le cafard, l´ennui, el desgarramiento, la melancolía. Desgana y náusea. El tedio de la vida, vaya. El que escribe, escribirá. Quien lee, seguramente seguirá en ello. El noventa por ciento restante de humanoides se abstendrá. Se limitarán a actuar, a apresurarse. De aquí para allá. De allí para acá. El espectáculo debe continuar. También el aburrimiento, la monotonía, la saciedad. La chica que cortó la hebra de la vida a su marido por camino tan derecho, apenas si conseguía dormir tres horas por noche. Y para ello tomaba, todo junto, un lexatín de 5 mg, un transilium y un orfidal. Desde el día en que enviudó a las bravas, duerme dignamente nueve horitas, sin auxilio de la farmacopea modern
Aquí, dadas las temperaturas, también llevamos unos días de sauna finlandesa pero sin coste alguno.
ResponderEliminarVeo por la foto que el frío no afecta a los emocionalmente sensibles ni a los que disfrutan de la vida siempre que pueden.
Bss
Digo yo que habrá un discreto término medio. Dame calor, que luego el invierno es muy largo.
ResponderEliminarPásalo bien. Besos
Un cambio radical brusco es cambiar del calor al frío.Se debe llevar mal un cambio así pero ...mejor el frío que el calor...El calor fuerte mata el frio conserva jajaaaa.
ResponderEliminarUn abrazo de MA y feliz inicio de semana mi apreciado amigo Manuel.
Era necesario ser tan radical?
ResponderEliminarUn abrazo.
bueno se trata de cambios, jejej besos
ResponderEliminarEl frío te prueba.
ResponderEliminarSalud
Francesc Cornadó