Son etapas que cuestan. Los recuerdos torturan nuestra cabeza y todo se hace cuesta arriba. pero el tiempo lo cura todo y tenemos que seguir caminando Abrazo
Hola amigo Manuel a veces es necesario olvidar el pasado, pasado ,el que duele el que nos hace daño y recordar solo lo bueno nuestro pasado. Olvidar el pasado y vivir el presente y sobre todo el momento presente es lo que tenemos.
Sólo tu nombre quiero decir alto, decirlo muchas veces, como un canto de amor, cuando la soledad con su voraz marea me derriba y se quiebra la máscara deshecha por mi llanto.
Eliana Navarro
no sé por qué pero creo que todos estamos marcados y señalados por lesiones y aflicciones sin suturar. Preciosos versos (mal día de otoño para mi nostalgia...jeje).
Sí, mi querida Lemaki..."pasáronse las flores del verano..." No conocía nada de Eliana Navarro...¡Me gusta! Te saludo y prendo de tu cuello una guirnalda.
Sin duda, tu cuento y pacto entre caballeros: el ratón con su trozo correspondiente de jabón y usted con el suyo y sus secretos (una foto de Silvana Mangano en “Arroz amargo” y el libro de las aventuras de Guillermo Brown), es de las mejores anécdotas para recrear un domingo por la tarde...
En la universidad hice jabón de glicerina y mientras leía tu descripción y detalle pensaba en cómo disfratábais (a pesar de todas las carencias... solo si se compara con el presente) mientras que nosotros no tuvimos opción a saborear y sacar partido a nuestras enseñanzas estériles y de laboratorio...
Pienso que l@s comentarist@s preferirán que corresponda a su gentileza dejando yo, a mi vez, huella escrita en sus blogs, antes bien que contestar en mi propio cuaderno. ¡A mandar!
En la Casa del Libro he manoseado un nuevo libro de David Lodge. La tesis del profesor es que, en la novela contemporánea, se va perdiendo la ficción literaria para ir más a la confesión, la narración de una vida, la visión singular. Aparece sólo la conciencia del autor y no tanto las conciencias de muchos personajes, como en las clásicas novelas del siglo XIX. Estoy de acuerdo. ¿Por qué es así? El lo atribuye a que hemos perdido nuestras certezas metafísicas y por eso presentamos nuestro punto de vista singular, que nadie puede impugnar. Por mi parte, pienso que es mucho más difícil escribir “Guerra y Paz” o “Madame Bovary” que las novelas unipersonales de hoy. Y que las que son corales, contienen personajes de cartón piedra, dicho sea en términos generales. De todas formas, en esta etapa de mi vida, no quiero artificios literarios. Sólo memorias, autobiografías, diarios o dietarios. Correspondencia, incluso. Y, ahora y siempre, poesía.
(fotos del autor) A los telefonillos portátiles les dicen “móviles”, en España, y "celulares", en algunos países del otro lado del mar océano. Cuando llamo a una mujer de las nuevas a menudo ocurre que se acaba su batería a poco de empezar a hablar. Las chicas me dicen: - Te llamo luego, cuando llegue a casa…se va a cortar, no queda batería. Deben dormir en el parque, porque el móvil no suena luego. ¿Cuándo es luego para una bella mujer? Una hora. Pasa una hora de la cita convenida para la cena. Suena mi aparato en el restaurante. Me dice ella: - Ahora no puedo hablar. Voy conduciendo, no tengo manos libres ni apenas cobertura y la batería se está muriendo. Pido otro vino y apunto en mi cuadernito “moleskine”. Sumo los tiempos de mis esperas a ellas, a las distintas ellas. En los últimos tiempos, desde que desperté en la clínica de mi letargo sabático, he invertido en aguardar el advenimiento de La Mujer unas quinientas veintic
(fotos tomadas por el autor) Las mujeres de la edad moderna están apagadas, o fuera de servicio. O, lo que es peor, carecen de identidad, pues sus números de los portátiles “no pertenecen a ningún abonado”. Si llamo, con mi móvil, a una mujer de la era moderna, normalmente se agota la batería de su portátil a poco de empezar a hablar. Contrasta la energía de la mujer de hoy con las escasas prestaciones de sus pilas recargables. Las chicas me dicen: ─ Estoy en el parque. Te llamo luego, cuando llegue a casa. Deben dormirse en el parque porque el móvil no suena luego. ¿Cuándo es luego para una mujer? Espero en el restaurante. Una hora. Pasa, por tanto, una hora de la acostumbrada por mí para la cena. Tengo hambre. ─ Ahora no puedo hablar. Voy conduciendo, no tengo manos libres ni apenas cobertura y la batería se está muriendo, me dice la rapaza que está citada y no comparece. Pido un vino y apunto en mi cuadernito moleskine. Sumo: en los últimos tiempos, desd
¡Qué preciosidad de versos!!!
ResponderEliminar¡Y la foto!
Gracias por tanta belleza.
Son etapas que cuestan. Los recuerdos torturan nuestra cabeza y todo se hace cuesta arriba. pero el tiempo lo cura todo y tenemos que seguir caminando Abrazo
ResponderEliminarhttp://el-ser-bohemio.blogspot.com/
La obsesion que te obsesiona,
ResponderEliminararrebata sueños en la noche,
saquea sentimientos escondidos,
descontrola pasiones controladas
Mis besos
AH! no me gusta el arroz con leche pero o hago de vicio.
Hola amigo Manuel a veces es necesario olvidar el pasado, pasado ,el que duele el que nos hace daño y recordar solo lo bueno nuestro pasado.
ResponderEliminarOlvidar el pasado y vivir el presente y sobre todo el momento presente es lo que tenemos.
Un abrazo de MA para ti.
Hay "pasados" qu merece la pena no olvidar... por algo somos hoy el sedimento de ellos.
ResponderEliminarBesos desde mi mar, que sigue siendo azul y calmo.
Hoy elegí tus palabras, hoy fuiste tú quien voló la tapa de mis sesos a golpe de verso.
ResponderEliminarUn abrazo y gracias por compartir este momento.
Golpe a golpe, verso a verso...así mueren los poetas ¡Gracias Doloralfa!
ResponderEliminarSólo tu nombre quiero decir alto,
ResponderEliminardecirlo muchas veces,
como un canto de amor,
cuando la soledad
con su voraz marea me derriba
y se quiebra la máscara
deshecha por mi llanto.
Eliana Navarro
no sé por qué pero creo que todos estamos marcados y señalados por lesiones y aflicciones sin suturar. Preciosos versos (mal día de otoño para mi nostalgia...jeje).
saludos poeta.
Sí, mi querida Lemaki..."pasáronse las flores del verano..." No conocía nada de Eliana Navarro...¡Me gusta!
ResponderEliminarTe saludo y prendo de tu cuello una guirnalda.
Sin duda, tu cuento y pacto entre caballeros: el ratón con su trozo correspondiente de jabón y usted con el suyo y sus secretos (una foto de Silvana Mangano en “Arroz amargo” y el libro de las aventuras de Guillermo Brown), es de las mejores anécdotas para recrear un domingo por la tarde...
ResponderEliminarEn la universidad hice jabón de glicerina y mientras leía tu descripción y detalle pensaba en cómo disfratábais (a pesar de todas las carencias... solo si se compara con el presente) mientras que nosotros no tuvimos opción a saborear y sacar partido a nuestras enseñanzas estériles y de laboratorio...
Muy buena historia, me gustó.
saludos.
Que belleza de foto...!!!
ResponderEliminarMe gusta como expresas la obsesión.
Un abrazo Manuel
Bellísimos rasgos!!!
ResponderEliminarParecen dibujados!
Hay recuerdos sublimes que merecen " no" pasar al olvido.
La foto eterniza ese momento y esa nostalgia.
"Vivir consiste en constrruir futuros recuerdos."
-Ernesto Sábato -
Estoy de acuerdo .Es inevitable!!!
¡Cielos....!
ResponderEliminarOtro Erik